Qué es la procrastinación?
¿Sabes cuándo a menudo dejas algo para arreglar más tarde? Eso es procrastinación. Cuando la fecha de vencimiento para ese trabajo está llamando a la puerta, pero aún lo dejas para más tarde. O cuando comienzas el mismo proyecto una y otra vez pero nunca terminas.
Atención: estas acciones pueden convertirse en un problema con el tiempo. El procrastinador tiene la intención de posponer la realización de las tareas, pero puede haber otras causas para que esto suceda.
Algunos signos como la ansiedad, la baja autoestima y la inseguridad pueden influir en las actitudes y decisiones cotidianas. En esto también entran factores fisiológicos, ya que determinados estímulos de nuestro cuerpo provocan algunas distracciones y dificultan la realización de actividades.
¿Por dónde empezar?
Crear una lista de tareas pendientes con fechas y descripciones puede ayudar mucho en este proceso. Con tus metas bien definidas y planificadas, te sentirás más relajado durante los descansos entre tareas y seguro para entender mejor los plazos, evitando el tan famoso “dejarlo para el último minuto”.
Otro consejo valioso es tener siempre a mano ese cuaderno, para que puedas anotar todo lo que se debe hacer durante el día e incluso algunas ideas que surjan. 🙃
Respeta tu cuerpo y tus emociones.
Necesitas abrir tu mente para enfrentar todo de frente: identifica tus sentimientos y reflexiona sobre las razones detrás de tu procrastinación.
Comprenda los factores desencadenantes que pueden hacer que se sienta más incómodo y cree acciones positivas mientras realiza las actividades.
También vale la pena conocer bien tu horario, averiguar a qué hora del día te vuelves más productivo y aprovechar esos momentos para realizar las tareas que más te demandan.
Definir los beneficios de la tarea realizada
¿Conoce el sentimiento de logro? Es un excelente motivador para poner en marcha ese impulso y seguir adelante en su viaje.
Entonces, ¿tiene la libertad de beneficiarse de pequeñas recompensas cuando una tarea se completa con éxito y sin dilación, de acuerdo?
Puede ser algo simple, como pedir comida deliciosa para la entrega o comprarse una golosina. Así, generas tus propios estímulos para seguir siguiendo tu rutina y horario de actividades.
Recuerda: todos cometemos errores
Hay días buenos y días malos y los errores son parte del proceso de aprendizaje. Así que no permita que la autocolección se interponga en sus actividades.
Recuerde todo lo que aprendió mientras realizaba las actividades y aférrese a las cosas buenas. Después de todo, incluso los errores pueden enseñarte algo.
Oh, tampoco quiero hacerlo todo a la vez. Organiza las actividades y fija un tiempo para resolverlas por separado, así también se pueden evitar algunos errores.
Protegerse de las distracciones
Elige un momento para realizar cada tarea y evita cualquier cosa que te pueda distraer, como las redes sociales, las notificaciones o el ruido exterior. Elija lugares más tranquilos mientras está concentrado y guarde su teléfono por un tiempo. ¡Esto puede ayudar mucho!
Disfruta el proceso
No empieces una actividad pensando en terminarla. Disfruta cada parte de la realización de la actividad, observa cuánto estás aprendiendo durante el proceso.
Encuentre placer incluso en las tareas pequeñas, ya que todas ellas lo llevarán a la realización y logro de sus objetivos.